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El arte de ser rebelde y vaquero (del infierno)

El arte de ser rebelde y vaquero (del infierno)

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Luces, cámara, ¡acción! En medio del desierto, entre nubes de arena y polvo, vemos la silueta de tres bandoleros esterotípicamente rudos. Nos enteramos de que pertenecen a una banda de cuatreros, se alejaron temporalmente de su líder y buscan matar su aburrimiento disparando balas. Encuentran a un viejo sabio con trenzas en las barbas y se dan cuenta de que puede ser la nueva guía que necesitan. Sin titubear, se presentan como los vaqueros del infierno; él sonríe y sobre su rostro aparece el título de la película: Rebel meets rebel.

Por muy fílmico que suene, estoy seguro de que algo similar pasó cuando Dimebag Darrell, su hermano Vinnie Paul y Rex Brown, integrantes de Pantera, se toparon con la leyenda del country, David Allan Coe, y pensaron en hacer un disco juntos. Rebel meets Rebel fue grabado durante los últimos años de existencia de Pantera, cuando los conflictos entre Phil Anselmo y el resto de los integrantes terminarían con la existencia de la banda pionera del groove metal. La producción sería presentada como un disco de David Allan Coe and the Cowboys from Hell.

Esta experiencia arranca con Nothin’ to lose. Con sonidos potentes y metálicos, además de gemidos de una desconocida protagonista, todo parece indicar que el sonido de Pantera será predominante en esta producción. Al escuchar la voz de Allan Coe, esta idea se disuelve en un ambiente puramente nuevo, con olor a oeste, a caballos y a shots de whisky en una cantina vaquera.

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Tomando en cuenta la época en que fue grabado este álbum, es difícil no tratar de interpretar cada letra como un mensaje de C.F.H. hacia Anselmo o, simplemente, a su etapa formando parte de Pantera. Cowboys do More Dope me deja con esa impresión al comparar los extremos estilos de vida de las estrellas de rock y las de country.

Si me obligaran a elegir un track que defina completamente esta obra, tendría una interminable batalla interna tratando de escoger entre Cherokee cry y la rola que da nombre al disco. Aquella tiene un sonido potente, con un riff hardrockero que propicia un diálogo entre la guitarra y la voz de Coe; la letra da un mensaje en contra de la discriminación hacia los habitantes de las reservaciones india en la unión americana. Por otro lado, Rebel meets rebel nos pone sobre un caballo, lanzándonos al centro del rodeo. El rock se hace acompañar de un violín puramente country. Estos contrastes, en conjunto, son los que definen la aventura de estos cuatro vaqueros.

Una pista acústica de apenas medio minuto, llamada Panfilo, da paso a Heart worn highway. En esta última, la voz de Coe toma el papel de un relator de aventuras y la música pone la atmósfera que completa la experiencia narrativa. Un ritmo bluesero, pero con el distorsionador a tope, se hace presente en One night stand y el álbum continúa, sin dar cuartel, saltando de un género a otro y dando coces como un potro que se niega a ser sometido dentro de un límite musical. El clímax aún está por venir.

Al escuchar el inicio de Arizona Rivers es inevitable pensar en Cemetery Gates. El sonido country le queda tan bien a este riff que algunos notamos que el alma de Pantera siempre tuvo sus raíces en un ritmo campirano. La explosión de distorsionador y batería con la que esta rola se transforma en Get outta my life es una prueba más de la inesperada y agradable fusión de géneros que fue bien recibida por la crítica.

El álbum cierra con N.Y.C Streets, un track acústico y tranquilo que integra un solo muy diferente a aquellos con los que Dimebag Darrell selló su trayectoria en Pantera. Como si hubiera sido planeado a manera de epílogo, este fue uno de los últimos sonidos que el mundo conoció del guitarrista. Rebel meets rebel fue lanzado dos años después de que un fanático enloquecido disparara contra Darrell, matándolo a la mitad de un escenario en que se presentaba con un nuevo proyecto.

Algo irónico, Darrell se fue abatido por las balas como un vaquero que perdió un duelo. Su hermano terminó la producción de RMR, la última aventura, hasta ese momento, de la cuadrilla conocida como The Cowboys from Hell. Mientras los créditos aparecen en la pantalla, los cuatreros el viejo sabio se separan, tomando cada quien un camino diferente. Tal vez llevaban en la mente reunirse nuevamente para otra aventura que no llegaría a realizarse; tal vez el destino sabía que el mundo no estaba listo para otra demostración de lo que sucede cuando un rebelde se encuentra a otro.

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