Yo no era fan de Bowie en 1991, cuando a raíz de la muerte de Freddie Mercury me dediqué a recopilar todo el material de Queen que encontraba; fue hasta 1992, en el concierto tributo a Mercury que me enteré de que la voz desconocida que escuchaba en Under Pressure, pertenecía a él. No había cumplido ni 14 años, no había internet y había descubierto a Queen un par de años antes, de ellos sí me hice fan.
Tampoco era fan de Bowie cuando una chica de la prepa me regaló el Nirvana Unplugged (o MTV Unplugged in New York, ya que andamos de exquisitos), de hecho, tal vez ni siquiera era un gran fan de Nirvana, pero las notas y la reacción casi unánime de mi generación me hacían poner demasiada atención a cada track; pasarían varios años antes de saber que el álbum incluía varios covers, incluyendo The Man Who Sold The World.
Yo no era fan de Bowie cuando escuché la versión acústica de Ziggy Stardust a cargo de Def Leppard, el año era 1997, el cover era el lado B del sencillo Slang (uno de los más criticados de Leppard) y tuve que leer los créditos del disco para saber quién había escrito esa rola.
No era fan de Bowie cuando, en algún momento perdido entre los 90 y la primera década de los 2000, conocí la versión de Dancing in the Street en la que, a dueto con Mick Jagger, le daba un aire fresco a un tema que conocí en mi niñez a través de los discos de mi abuelo. No conocí este track en su lanzamiento en 1985, tenía menos de 10 años y algunos adultos me proveían de discos de payasitos y niños uniformados que me robaban momentos cerca de los discos del abuelo.
No era fan de Bowie en el 2007, cuando un amigo de la oficina tuvo a bien rolarme el Best Of Bowie y no podía sacarme de la cabeza Let’s Dance, durante un par de semanas la rola estuvo en un estado de replay casi permanente, para el beneplácito exclusivo del buen Mauricio “Leoncito” León y yo. Aparentemente, los demás compañeros tampoco eran fans de Bowie.
Ahora que lo pienso, creo que no era fan de Bowie en la madrugada en la que me enteré de su muerte a través del pesar de contactos que sí lo eran; tenía su imagen fresca por la noticia del lanzamiento de Black Star y su cumpleaños 69. Hasta hace un par de años, nunca recordé más facetas del Camaleón que el traje verde que usó junto a Annie Lennox en el Tributo a Mercury para interpretar Under Pressure, después tocó el sax en All The Young Dudes y cerró su intervención con Heroes y un padrenuestro.
No he sido fan de Bowie y no voy a presumir de serlo ahora, sin embargo, una rápida inspección al soundtrack de mi vida, me permite suponer que varios de mis amigos de vasto conocimiento musical, muchos de mis ídolos y decenas de personas que, por un motivo u otro, tienen mi admiración, sí eran sus fans, les robo durante unas palabras la membresía al club. Descanse en Paz, Bowie.
En la foto: Bowie, compañero de aventuras de @Oasistyle, con el look Stardust, homenajeando a su tocayo.