Una de foráneos
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Ni Rey ni Dios
Octubre de 2019, Guadalajara, Jalisco, México, específicamente, un hotel en la Calzada Lázaro Cárdenas. El dato geográfico sobra, tuve que usar google maps para recordar en dónde me estaba hospedando. También usé google para saber algo más de los 3 barbones que no dejaban de aparecer cada 15 o 20 minutos en la pantalla del hotel. No sé qué canal. Prendo las teles de hotel como ruido de fondo.
Para el segundo día, el “Oooh, oooh” y el intro de bataca del Bernal en Demasiado Mexicano ya estaba en replay en mi mente todo el pinche día. No es queja.
Google, youtube y su página oficial me dieron rolas, letras, fotos y algunas fechas. Salieron de Ciudad Obregón, donde el desierto al mar topa. Se hacían llamar Nunca Jamás. Bautizaron a su música como rock agropecuario. Ya habían caído a Cuernavaca en el 2017 y pensé “chale, nunca me entero”. Su página ponía a The Pit Foro como venue. Pa’ todos los locales (y varios foráneos): El Pit.
En los días de pandemia, un chingo de noches llevaron sus rolas como soundtrack, daban ganas de echar trago escuchando De una vez al fondo; lo más cercano fue un live desde el patio del compa Omar.
En el 2022 regresaron a Cuernavaca. No se me olvida, febrero 26 y yo tenía programado un show en León justo ese día. Una mentada al dios Cronos o un pedo de logística, no estoy seguro, pero algo se alineó para que ese día pudiera caer al Pit. De mis cuates nadie jaló, mi hermano tenía chamba y vio todos los videos que le mandé con una mezcla de coraje y agradecimiento.
Puro Chuqui
Hay un pedo con la relación de México y sus fronteras, tanto norte como sur. En el caso de la primera, casi siempre brinca el “se sienten gringos”, muchas veces refiriéndose a mis compas regios que, aunque los ame y se enojen, están a más de 600 km de una frontera y cualquier mapa nos dice que no están tan al norte como Obregón. Nunca Jamás saca sus rolas de esa vida cerquita del campo, del gringo, del mar, de los jochos, del beis y de la peda de botes que termina en estrellas y masacre neuronal.
En ese febrero 26, un audio grabado arrancaba la misa de la Iglesia del Rock Agropecuario, la misma que luego se iba a ciudades de gringolandia junto con el Forajidos Tour de Nodal. En enero vi unos videos de NJ en la peda de cumpleaños de Nodal. La Belinda se los llevó de sorpresa, porque sonorenses, y al plebe de Caborca le gusta un chingo lo que hacen sus compas. Dice youtube, que hasta palomazo hubo.
Poco más de dos años para finalmente verlos en vivo en mis terruños; los alienígenas ejidales estaban en la casa. El Verdes me respondió el saludo antes de arrancarse con rolas que, chingonamente, a toda la bandita que llenó el Pit le sonaban familiar. Las voces empezaron a sonar, no lo sabíamos, pero poco a poco, íbamos solicitando la “estatalidad” de Sonora (efectivamente, no sé si así se use la palabra pero pues ya, equis y así).
Con brincos y chelas nos dimos los temas que algún día estarán en un “grandes éxitos de NJ”. Lloramos discretamente con Un minuto más, marcamos (exacto, no fue mensaje de WA, marcamos) el teléfono con Quiero verte e hicimos air guitar con Seis tragos (Apunte al pie, rifaste con ese solo, Omar, rifaste).
Verdes agradeció los aplausos y recordó la visita del 2017, el Pit los recibió casi vacío, sólo cayó una pareja. El desmadre del 2022 no dejó que NJ escuchara a un morro y una morra abrazados gritar “¡nosotros éramos esa pareja!”, prefirieron sumarse a los que brincábamos en primera fila. La peda ya se había armado a más de 1700 km del desierto.
Para el momento de Venimos del desierto, ya no quedaban ni las semillas de la guayaba, las voces del Pit sonaban a bacanora y alguien dijo que hubiéramos llevado más sombreros. “Venimos de Sonora” gritaba el cuernavaco.
Algo entre encore y “pues la neta, necesitábamos una pausa”, hizo que cerrar con De una vez hiciera que toda la banda pidiera más chelas, se acomodara el sombrero y pidiera permiso para dejar la caguama en la mesa de un desconocido.
Siempre
El resto del 2022 se dedican a girar y a soltar singles; pequeños bits de su siguiente álbum, un par de colaboraciones con su paisano Charles Ans, sorpresas con sabor a country y rematan anunciando que regresan a Cuernavaca.
En la próxima visita de NJ al Pit en Cuernavaca, habrá más voces que se enciendan y griten como si estuvieran en el estadio de los Yaquis. Regresan al centro del país donde se sienten extranjeros, a compartirnos algo más de lo que se arma allá en Sonora.
Las cheves acá saben diferente, no les ponemos hielo en la bolsa; acá los sombreros no son tan frecuentes; los burritos no son percherones; acá decimos chido y no chilo. Pero el 15 de febrero volvemos a tramitar la estatalidad sonorense para cantar, brincar y chance, llorar, sin mañana y sin ayer.
¡Fierro por la Juárez y hasta el Pit![/vc_column_text][vc_video link=»https://www.youtube.com/watch?v=5nQg4MVU_cY» align=»center»][vc_video link=»https://www.youtube.com/watch?v=O9P1DU5NNDY» align=»center»][/vc_column][/vc_row]