Home Música Conciertos Corona Capital 2012

Corona Capital 2012

0
0

Día 1

Luego de un viaje que los imprevistos hicieron parecer más largo, llegábamos a la periferia del Autódromo Hermanos Rodríguez, buscábamos estacionamiento y nos tratábamos de dar ánimos respecto a las presentaciones que nos estábamos perdiendo. Camino a la curva 4, el viento llevaría a nosotros las notas de Take Me Out y nos quedaba claro que Franz Ferdinand tocaba las últimas canciones de una presentación que sería alabada por los testigos de un espectáculo en que Alex Kapranos y compañía demostraron las bases que han construido  a lo largo de diez años de carrera; las buenas noticias: estábamos a sólo unos metros de los escenarios donde se presentarían Suede y The Hives.

Siendo una de las bandas pioneras del movimiento britpop, la expectación por Suede evidenciaba que para el público mexicano terminaba una espera de veinte años, espera que Brett Anderson agradeció en medio de gritos, lágrimas sentimientos y emociones por parte de un público que se entregó completamente a una oleada de nostalgia que apenas dejaría un rastro de aliento en los asistentes; había que estabilizar la respiración en ese momento y correr a otro escenario; unos enormes ojos desquiciados anunciaban un rito de ruido, gritos y energía por parte de The Hives. Los trajes combinados, los gritos y órdenes por parte de Howllin’ Pelle Almqvist hacia la audiencia y la obediencia con la que eran cumplidas recordaron el título  que los suecos obtuvieron hace un par de años como la mejor banda de rock en vivo del mundo. La noche terminaba con un Basement Jaxx que no conformes con su turno, se dieron el lujo de cerrar un after concert privado; estábamos listos para el domingo.

Día 2

Poco antes de entrar nuevamente al foro, alguien comentó “esto es lo más cercano que alguna vez estaremos de un Glastonbury”; al revisar el cartel de este año, la calidad de las bandas extranjeras y la proyección de los artistas locales nos damos cuenta de que no esta nada mal para un festival que cumple apenas su tercer año de existencia; el segundo día del festival nos permitió ver un ambiente mucho más festivo, mucho más Woodstock; los más de 100 mil asistentes vibrando con la música de Black Lips desde las primeras filas, tiradas en el pasto con la mirada al cielo mientras Alabama Shakes los transportaba a otra década o bailando y coreando las rolas de Francisca Valenzuela.

En muchos escenarios escuchamos la misma frase repetida “This is our first time in Mexico”, marcando las primeras visitas a nuestro país de Tegan and Sara, The Drums yM. Ward. U poco antes de las 7 de la noche, una increíble cantidad de gente se trasladaba al escenario en donde Snow Patrol regresaba a presentarse en nuestro país después de haber sido teloneros de U2. Exitos como Chasing Cars, Take Back The City y Just Say Yes sirvieron para que Gary Lightbody y su banda se fueran felices de haber pisado nuevamente territorio mexicano. El gran cierre se aproximaba.

My Morning Jacket estaba en la Ciudad de México desde hace algunos días, las reseñas de su concierto del viernes elevaba las expectativas del público y éstas fueron cumplidas. Más de uno sufrió con el empalme de unos minutos y la distancia que separaba este escenario de aquél en donde la gente navegaba en un torrente de emociones y coreaba las canciones de Florence & The Machine. Apenas 10 minutos después de comenzada la presentación de la británica y su banda se gestaba uno de los cierres más emotivos y celebrados en la historia de este festival.

New Order pasó hace rato la etapa en que sus presentaciones tienen que estar precedidas del lanzamiento de un disco, la voz de Bernard Summer tiene esa capacidad para evocar sentimientos adolescentes aún para los nacidos en una época posterior a los 80s; más de una lágrima se derramó en esta presentación que no sólo movió nostalgias en el público con canciones como Blue Monday y Bizarre Love Triangle, también New Order se dio la oportunidad de añorar al anunciar una canción que “no es nuestra” y cerrar su participación con Love will tear us apart mientras la pantalla desplegaba la frase Joy Division Forever. No quedaba mucho tiempo de esta fiesta que parecía ir retrocediendo en el tiempo una década a la vez.

En el momento en que los integrantes de The Black Keys caminaron en el escenario quedó claro que durante la siguiente hora y media bien podríamos estar situados en cualquier punto de los 70s. El furioso ataque de blues rock que dio inicio con Howlin’ for you no se detenía más que escasos minutos para cambiar interactuar con la gente que sentía cada acorde y cada golpe de batería en el pecho mismo y no podía dejar de moverse con canciones como Next Girl y lo que pareciera ser un intencional tributo a Zeppelin Little Black Submarines.

Algunos preocupados empezaban a abandonar el lugar, sorteando a los que ya dormían, descansaban o simplemente escuchaban acostados sobre el pasto mientras las últimas canciones se escuchaban cada vez más lejos. Al llegar al momento en que Lonely Boy sonaba en el ambiente, una buena parte de la asistencia se concentraba ya en buscar su salida, muchos olvidaron incluso que DJ Shadow mezclaba aún los últimos tracks para cerrar dos días de música, fiesta y primeras veces de muchos que prometieron regresar pronto por su propia cuenta.

Tal vez estemos aún lejos del nivel de un festival con más de 40 años de existencia y sólo el tiempo dirá si lo lograremos; por ahora la celebración de la música, acompañada de 100 mil voces coreando la misma tonada al unísono, es suficiente para que esto no importe.